Grafiti tribute
Éste domingo finalizó la primera tanda de episodios de la última temporada de tan magistral serie. Hasta 2013, por desgracia, no podremos disfrutar de los ocho capítulos que restan.
Lo que empezó con una primera temporada dramática, nuestro protagonista Walter White, un profesor de química, al enterarse que sufre un cáncer terminal decide convertirse en cocinero de metanfetamina para pagarse el tratamiento contra éste, y dejarle unos dinerillos a su mujer preñada y su hijo adolescente discapacitado. Según avanzan las temporadas no sólo logra convertirse en cocinero, sino que él mismo se crea un alter ego llamado Heisenberg (origen alemán, no pronosticaba nada bueno) y logra codiciarse como el mejor cocinando una meta azul la mar de pura y rica junto a su inseparable exalumno Jesse.
Lo que yo destacaría de esta serie es su humanidad, su realismo (quitando algunas escenas que se les han ido de las manos a los guionistas). De como puedes pasar de adorar a un personaje a odiarlo o vicerversa, de como se corrompen las personas en diferentes etapas de su vida.
Pero sobretodo, hay que valorar de esta serie es la gran trama que han montado y que quitando algunos pocos capítulos descafeinados, siempre te deja con ganas de más. Yo no sé vosotros, pero sin spoilearos os diré que no puedo con la vida hasta 2013 con éste final que nos han dejado y ese flashforward de principio de temporada. Si no os habéis puesto con ella os la recomiendo al 500%.
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